A los 20 años, el joven diseñador belga Timon Mattelaer compró una casa en los suburbios de Gante, en el noreste del país. “Tengo fama de artesano y pensaba reformar yo mismo la mayor parte de la casa. Pronto quedó claro que no tenía presupuesto para mobiliario. 

Como diseñador gráfico recién graduado, me interesaba la estética contemporánea y la sostenibilidad. Como me resultaba difícil comprar en IKEA o en una gran cadena de muebles, empecé a diseñar y crear mis propios muebles”. Recuerda. Un planteamiento que no puede estar más en sintonía con los tiempos que corren, y al que da vida en el proyecto “Simple chair“. “El objetivo del prototipo (en madera contrachapada) era demostrar la integridad estructural de la silla. Entonces decidí utilizar el acero o el aluminio, que pueden reciclarse en nuevas planchas. Por último, la silla es cortada con láser por una máquina a partir de una placa de acero o aluminio y soldada, todo ello por personas cercanas a mi lugar de trabajo”. Otra pieza notable del joven diseñador es “Table round“. Nació “de la idea de construir una mesa pequeña que pudiera montarse fácilmente en un espacio reducido”.

Quería que la mesa fuera una sola hoja de madera contrachapada y que produjera pocos residuos”. Además, los muebles están hechos de pino sin ningún tipo de pegamento tóxico que pueda causar daños. Un método que a este joven creativo le inspiró su formación universitaria: “El hecho de haber estudiado moda me hizo ver que el consumo masivo ya no es algo de lo que quiera formar parte. Años después, siento que mis muebles tienen un lugar en el mundo. Que mi idea merece ser divulgada”.

Lisa Agostini