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ICTYOS, EL CUERO MARINO DEL FUTURO

© Marine Demoulin

Hoy en día, la moda se está convirtiendo en una parte cada vez más importante e integral de nuestras vidas. Utilizamos la ropa simplemente para vestirnos, para transmitir un mensaje, para expresar una idea o para demostrar que pertenecemos a un grupo o a un entorno social.  Sin embargo, también hay que reconocer que el sector de la confección es uno de los más contaminantes del mundo después del sector del petróleo. No obstante, están surgiendo muchas innovaciones que abogan por una moda más ecológica y sostenible para competir con lo que los profesionales llaman “fast-fashion” y orientar a los diseñadores hacia la “slow-fashion“, el upcycling y el reciclaje, así como las materias primas procedentes de la agricultura eco-responsable.

Entre 2000 y 2014, la producción se duplicó hasta alcanzar los 100.000 millones de prendas vendidas en todo el mundo, incluidos 2.500 millones en Francia. Por otra parte, la industria fabrica 80.000 millones de prendas de vestir, de las cuales 700.000 se fabrican en Francia cada año. Así pues, nos enfrentamos a un desperdicio de ropa del que la fase de corte representa entre el 20 y el 30% de los desechos no utilizados, pero las piezas que no se compran ni se usan son recursos que no sirven para nada porque se tiran. 

© SQUAMA

En los últimos años, los consumidores son cada vez más cuidadosos con lo que comen y con lo que se ponen en la piel, por lo que es natural que se cuestionen lo que llevan puesto y   con la aparición de las redes sociales, es más fácil denunciar las llamadas prácticas inaceptables, como la cría de animales, el tráfico y la deforestación.

En esta preocupación por la concienciación, a menudo se culpa al cuero de la deforestación y la contaminación porque es un subproducto de la industria alimentaria que ofrece cada vez más carne. ¡Pero están surgiendo alternativas con una propuesta sorprendente y colorida!  En 2019, una nueva empresa nació en Lyon y rápidamente se hizo un hueco entre las más grandes al proponer un saber hacer tradicional francés en materia de curtidos vinculado a un enfoque eco-responsable desarrollado en torno a tres pilares para preservar la biodiversidad: el reciclaje de las pieles marinas, la no cría de animales para usar su piel y el no uso de pieles de especies en peligro de extinción. Así se presenta la start-up Ictyos, cuyo nombre viene del griego antiguo “ichtus“, que significa “pez” y está formada por tres jóvenes ingenieros químicos: Benjamin, Gauthier y Emmanuel, deseosos de encontrar alternativas al cuero para los artículos de lujo del futuro.

© Le Squama Brut Bleu Roi

A lo largo de los años, y tras tres años de intensa investigación y desarrollo, han logrado establecer un círculo virtuoso en colaboración con la industria agroalimentaria para la logística que se ocupa de ofrecer pieles raras y preciosas con colores hechizantes, inicialmente a partir de preparaciones de sushi. Con un proceso riguroso, el equipo empieza por seleccionar las pieles, seguido de su preparación. Luego viene la etapa de curtido natural, el recurtido para nutrir y teñir el cuero, antes de la etapa de palizado que consiste en ablandar la piel para pasar a la etapa de acabado que ofrece al cuero su aspecto final (brillante, satinado, seco, graso y otras opciones). 

© Le tannage

Hoy en día, Ictyos es reconocido en los sectores de la marroquinería y la relojería por ofrecer algunas de las pieles más finas y resistentes del mundo, que se van refinando con el tiempo.

“Hemos creado nuestro propio proceso de fabricación de curtidos vegetales. Una receta única que nos permite obtener un cuero hipoalergénico, con un olor a madera que se afina con el tiempo”, explica Emmanuel Fourault, cofundador de Ictyos. 

© Thalie

ictyos.com

Thomas Durin