Viviendo entre Ojai, California, y Pavones en Costa Rica, el diseñador y artista estadounidense Ian Collings crea una obra singular que está a medio camino entre la escultura y el objeto funcional. Muy influenciado por su inmersión en el mundo natural y por una indagación intelectual sobre la naturaleza de las cosas, este graduado en diseño industrial por el Pratt Institute de Brooklyn (Nueva York), Ian cofundó la empresa de diseño de muebles Fort Standard en 2011. Una empresa que dejó en 2018 para centrarse en su obra escultórica.
Después de vivir tres años en la selva centroamericana, sus nuevas ideas se sintetizan en una amplia gama de obras nuevas que son a la vez industriales y orgánicas. A través de su última serie, “Refigured”, evoca el vínculo metafísico entre la tierra, la piedra y nuestra existencia común. ¿Cómo cambia nuestra experiencia de un objeto cuando reconsideramos nuestra relación con su historia material? Formadas a lo largo de miles de millones de años y habiendo sufrido ya innumerables cambios, algunas rocas apagadas y sin pretensiones se abren paso a través del suelo en un lejano y total silencio. Piedras que en las manos de Collings muestran una superficie pulida de la que parece emanar un resplandor anaranjado, revelando una confusión de límites y usos materiales.
Lisa Agostini
