Recientemente, la Costa Azul ha visto surgir nuevos establecimientos que recuperan el encanto del pasado de la Riviera Francesa. Una vida apacible y local, lejos del bling-bling que ha traído el turismo reciente. Así, La Tartane es una oda a esta vuelta a la sencillez.
Entre el pueblo y las míticas playas de Saint-Tropez, se encuentra este hotel costero remodelado por Jordane Arrivetz, fundadora de la agencia Notoire. Como una aldea provenzal, este establecimiento está formado por pequeñas casas con 27 habitaciones rodeadas de un jardín con aromas mediterráneos. La decoración interior refleja su entorno cálido y natural. De esta forma, la madera, la piedra y el ratán ocupan un lugar privilegiado y celebran la artesanía de la región. Además, los murales, diseñados por el artista brasileño João Incerti, completan poéticamente el diseño de cada espacio. Con muebles hechos a medida u objetos recogidos por el anticuario Julie Barrau, el lugar combina acertadamente el espíritu de una casa familiar con los servicios de un hotel de cinco estrellas. Lo mismo ocurre con el restaurante Saint-Amour, un local al aire libre, junto a la piscina, que mezcla el arte de vivir mediterráneo con la cocina provenzal y el toque asiático del chef Maitre Koy.
Con elegancia y sencillez, el hotel La Tartane ofrece un soplo de aire fresco al Golfo de Saint-Tropez.
Louise Conesa
