El arte de la tensión
PARIS, FRANCE
Laura Lamiel provocará escalofríos en el oscuro sótano del Palais de Tokyo. Magnífica en su juego de reflejos y aterradora al mismo tiempo, la primera instalación de la artista te dejará sin aliento.
Inmaculadamente blanca, una vasta extensión de vidrio triturado erizado por una silla metálica torpemente colocada brilla y nos deslumbra, mientras que, al acercarnos, nos damos cuenta de que está forrada de cuchillos, tijeras, portalápices, cuchillas, tornillos y otros objetos contundentes, así como de cápsulas de gas hilarante, escasamente dispersas o perfectamente alineadas. El resplandor de las luces de neón que rebotan en los cristales rotos esparcidos por un suelo de espejos que simula un espacio infinito se combina con el brillo de las herramientas cortantes… Belleza y peligro están íntimamente ligados.


En esta exposición, comprendemos que más allá de la seducción, nos acecha el miedo, como la silla tambaleante del centro de la instalación, que bien podría ser la del condenado… ¿Nosotros mismos quizás, cuyo reflejo descubrimos al otro lado, en el espejo que nos mira?

Fantasmas
Llevada aquí al extremo, la tensión entre los materiales es el núcleo de toda la dramaturgia de Laura Lamiel, el fundamento de su estética. Esto se refleja en el título de esta instalación, Du miel sur un couteau, tomado de un monje tibetano que definía así la sexualidad…

En La Mue y La Mue 2, la artista explora las mismas sensaciones opuestas de suavidad y dolor, colgando abrigos de algodón hidrófilo y camisas de malla de hierro frente a frente, como sombras o fantasmas, o tal vez nuestros demonios interiores…


Materializando la presencia de cuerpos ausentes, los abrigos, como los guantes, son motivos recurrentes en la obra de Laura Lamiel. En las celdas, evocan a la vez el encierro y la inaccesibilidad. También aquí, en estos espacios no penetrables, “territorios íntimos” 1 delimitados por paredes de cristal transparente u opaco, o espejos (con o sin cristal unidireccional), cohabitan los opuestos. Todas las herramientas y materiales del mundo de la artista están dispuestos con un cuidado obsesivo, mezclando objetos cotidianos con los del estudio o el taller: lámparas, ropa, libros, marottes, maletas, hilo de cobre, vidrio, acero, cuero, algodón… De la frialdad a la sensualidad, los encuentros fortuitos son deslumbrantes.
“Territorios íntimos”
Metáfora de la saturación y la alienación, Dans les plis nos lleva a otros “espacios psíquicos “2: en los estantes de una vasta estantería metálica, el artista ha acumulado 300 kilos de lino blanco metódicamente plisado. Puntuada por tubos fluorescentes y jirones de tela con la inscripción “Rien n’est à faire, tout est à défaire“, la obra suena como una advertencia siniestra, o más bien cínica. Para la artista, “las mujeres siempre han estado limitadas […] el lino es una de esas limitaciones. Este lino, estas compresiones, son una metáfora de una condición en la que ‘nada está por hacer, todo está por deshacer'” 2.
Instalación-escultura, como el gran despliegue de libros teñidos de tinta roja -habiendo perdido “su carácter de libros como resultado de este largo y meticuloso proceso de recubrimiento […] para convertirse en ‘simples’ paralelepípedos rojos “3 -, esta “compresión” con apariencia de gran muralla revela también la belleza puramente formal de la prolífica y proteica obra de esta artista surgida del arte minimalista.
- Anne Tronche, La Pensée du chat, ediciones Actes Sud / Le Cestet Centre d’Art, Arles, 2000
- Yoann Gourmel, curadora de la exposición
- Laura Lamiel, entrevista con Yoann Gourmel, taller del artista, Paris, marzo de 2023.
LAURE LAMIEL – Vous les entendez ?
Palais de Tokyo
Hasta el 10 de septiembre