El arquitecto alemán Alexis Dornier ha ideado un diseño único en forma de espiral para romper con los hábitos arquitectónicos. “Hemos vivido en cajas toda nuestra vida, y ahora buscamos exactamente lo contrario”. Este es el sencillo, pero profundo encargo que Alexis Dornier recibió para esta villa en Indonesia. Un auténtico reto al que el arquitecto alemán decidió responder creando “una obra maestra arquitectónica que desafía la gravedad y cautiva el espíritu humano”.
Alexis Dornier vive en Indonesia desde 2013, cuando decidió dejar atrás su vida occidental e instalarse en Ubud (Bali).
Está especializado en proyectos holísticos e independientes, especialmente en Bali. Inspirado tanto por la belleza de la naturaleza como por “el deseo de desafiar las normas arquitectónicas”, el diseño elegido fue el de una silueta en espiral, en forma de 8, que sugiere un movimiento fluido continuo y unas vistas siempre cambiantes. Además, la armonía entre la casa y su exuberante contexto era primordial. Materiales cuidadosamente seleccionados, como el hormigón, la madera y la piedra natural, combinan a la perfección la estructura con la vegetación, añadiendo un elemento de sofisticación y modernidad.
Situada en una pendiente pronunciada, la casa parece flotar sobre el suelo, integrándose armoniosamente en el entorno selvático. La sutil jardinería también difumina los límites entre la casa y la naturaleza, transformando la villa en una entidad viva en armonía con el entorno.
Su disposición estratégica hace que cada habitación ofrezca unas vistas increíbles y una auténtica sensación de descubrimiento. Así, desde las íntimas habitaciones hasta los espacios comunes, cada lugar se convierte en un oasis de tranquilidad que permite a sus ocupantes disfrutar plenamente de la serena belleza de la selva. “Esto es testimonio de nuestro compromiso como arquitectos de desafiar lo ordinario y crear espacios que inspiren y cautiven a todos los que se encuentren con ellos”.
Lisa Agostini
Indonesia – Pajangan