La fotógrafa francesa, alimentada por la sensibilidad de la belleza, explora el poder transformador del maquillaje, la luz y la composición en sus fotografías y fanzines de edición limitada.
A Chloé Le Drezen le fascina la fotografía desde que, siendo niña, cogió la cámara de su padre. Desde entonces, esta nativa de Nantes no ha dejado de aprender fotografía y de hacer de su pasión su profesión. Hoy vive y trabaja entre París y Londres y tiene su propio cuarto oscuro en el norte de la capital inglesa.
Su portafolio se divide entre sesiones para revistas (M Le Monde, Vogue), colaboraciones con marcas (Alexander McQueen, Adidas, Victoria Beckham) y sus propias publicaciones, donde se toma su tiempo para explorar “nuevas ideas sin ninguna presión”.
Tras el lente, esta artista intenta salirse del marco convencional de la fotografía de belleza y moda, destacando todo tipo de encantos, explorando el poder transformador y potenciador del maquillaje, la luz y la composición.
Su portafolio juega con tonos cálidos, efectos estroboscópicos, desenfoques, primeros planos, detalles, atemporalidad y el poder dramático del blanco y negro. Todo lo que nos invita a mirar de otra manera los rostros y el movimiento de los cuerpos.
De la atracción a la emoción
Sus afiches de gran formato consolidan su singular visión a través del misterioso poder de la belleza para conmover.
XXI Girls, publicado en una edición limitada de cien ejemplares, presentaba veintiún retratos femeninos convertidos en bellezas modernas. Para su nueva publicación, en colaboración con la estilista Elle Britt, con quien realizó un vídeo para la diseñadora Sinead O’Dwyer, trabaja por primera vez con una modelo conocida. Molly, es un homenaje a su amiga y modelo Molly Hunloke, con la que se reencontró en un proyecto de Alexander McQueen.
Aquí la fotógrafa vuelve a sondear las profundidades del resplandor femenino profundizando en la intimidad y la historia de las imágenes.
“Trabajar con alguien a quien conoces bastante bien abre otra dimensión y cambia el resultado”, explica a Another Maga-zine. “Hay un intercambio palpable y mágico de ternura y autoafirmación en cada fotografía”.
También disponible en cien ejemplares en la librería Claire de Rouen de Londres, Molly, sigue siendo así una progresión natural en el proceso formal de sus reflexiones fotográficas.
Londres – Inglaterra
Nathalie Dassa
