MF+Arquitetos sublima la arquitectura interior y exterior, combinada con un juego de líneas rectas y una calidad de materiales naturales que ofrecen un nuevo concepto de vivienda. Conoce tres de sus proyectos.
Desde hace casi quince años, los fundadores Mariana Garcia Oliveira y Filipi Oliveira, con sede en Franca, en el estado de São Paulo (Brasil), se distinguen por su estilo contemporáneo. El dúo, licenciado en arquitectura y urbanismo y casado con la ciudad, invierte su experiencia en los ámbitos residencial, comercial, industrial y de interiores. El estudio MF+Arquitetos, nacido en 2009, rebautizado y reestructurado en 2015, ha firmado tres proyectos recientes que nos interesan especialmente.
Brutalismo
La casa del lago (Casa de Lago) se encuentra en Uberlândia, en el estado de Minas Gerais. El brutalismo se invita a través de estas líneas puras en conexión con el entorno natural. La arquitectura de 557 m² es un bloque de hormigón de 36,5 metros lineales con una altura de techo de 2,60 metros y una piscina insertada en la orilla del lago.
La entrada está en el lado opuesto, cruzando una pasarela donde una piscina con pasarela da acceso al interior. El espacio alberga dos suites y el jardín privado del dormitorio principal en un lado, y el garaje, los servicios, la bodega y la cocina en el otro. Las puertas correderas de cristal invitan a la luz, mientras que los parasoles verticales protegen del sol y aportan intimidad.
La casa juega con el interior y el exterior, con materiales auténticos como suelos y paredes de piedra, hormigón y techos de paneles de madera. Una composición que contrasta con la textura de los muebles, como el cuero y el lino.
Juego de luces
El Recanto do Colecionador, situado en Franca, es de una belleza incomparable, presentándose como un refugio.
La casa de 130 m² también se caracteriza por sus elementos simples de pureza de formas, integración con la naturaleza y uso de materiales naturales.
El proyecto se inspira en un carácter cosmopolita y coleccionista de historias. Se hace hincapié en los tonos terrosos, utilizando piedra, madera, mármol y hormigón. Parasoles de madera oscilantes cierran la casa, al tiempo que dejan entrar una luz suave y difusa que dibuja bellos patrones geométricos. El mobiliario, las obras de arte y las fotografías brasileñas transmiten confort y cuentan su historia allí donde el hormigón se une a lo esencial.
Vínculo con la naturaleza
La Casa da Barra, esta vez situada en Río de Janeiro, Sudamérica, es una arquitectura en fase final de construcción. Su estructura de 833 m², rodeada de flora selvática, forma un espacio vital ideal con características ecológicas naturales. Una piscina exterior escalonada está en armonía con la exuberante vegetación, difuminando una vez más los límites entre interior y exterior. La parte principal del edificio aumenta la zona de actividades semiexterior con aleros volados.
Los espacios habitables, como el salón y el comedor, están separados por puertas correderas de patio, diseñadas en rejilla y madera. El paisaje circundante amplía la sensación de espacio y perpetúa aún más la intimidad natural.
Brasil
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Nathalie Dassa