¿Qué es la belleza? ¿Qué define o justifica los cánones de belleza? Esta es la pregunta que se plantea con audacia la artista holandesa Justine Tjallinks (nacida en 1984). ¿Su arma? La belleza de la imagen y la perfección de la representación plástica gracias, sobre todo, al uso óptimo de la luz. ¿Su tema favorito? Singularidad. ¿Su medio? Fotografía hibridada, retocada con pincel digital.

© Galerie Sophie SCHEIDECKER

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Dotando a sus fotografías de un aspecto casi pictórico, este minucioso proceso de retoque digital confiere a las imágenes una extraña ambigüedad, ya que al hibridar lo real y lo virtual, perturban nuestra mirada vacilante, sin saber a qué mundo aferrarse. Del mismo modo, es para contrarrestarlos mejor que la artista, con un virtuosismo no exento de perfidia, falsifica los modelos de la historia del arte, desde la pintura antigua -y más concretamente los retratos del Siglo de Oro holandés- hasta el Realismo Mágico.

© Galerie Sophie SCHEIDECKER

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Aunque el proceso – ilustrado, en particular, por Frank Horvat en la década de 1980 – no es nuevo, da en el blanco. Reproduciendo la escena de la Carta de Vermeer, Justine Tjallinks juega hábilmente con el mimetismo (postura, colores, decoración, etc.) y el anacronismo (a través de la modernidad casi futurista del peinado y los tejidos) para crear una colisión de pasado y presente.

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Evocando a su vez los interiores holandeses de un Ter Boch o un Van Hoogstraten, los retratos de Anton van Dyck o Frans Hals, al tiempo que interpenetra temporalidades (en las series Modern times y Passé en particular), la artista saca a relucir subrepticiamente lo anormal. Así, la deformidad de los rostros de los niños con síndrome de Down (The Leftlovers), inquietante y entrañable a la vez, o el albinismo, al que la artista dedicó una luminosa serie, Jeweled, en 2016, logrando convertir esta anomalía en un atributo mágico….

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Si su objetivo es mostrar la belleza de la diferencia, esto es lo que consigue también en su serie Surfaces (Superficies), que saca a la luz la verdad bajo la máscara trastornando las normas estéticas mediante la exaltación de las “imperfecciones”, alteraciones y otras particularidades resaltadas por efectos contrastados de brillo y matiz técnicamente sobrecogedores. Una saludable traición a las imágenes, como en la serie homónima que muestra la inquietante plasticidad de la piel morena…
Galería Sophie Scheidecker
14 bis, rue des Minimes, Paris III
Hasta el 25 de marzo
www.galerie-sophiescheidecker.com
Stéphanie Dulout