Nacidos de padres inmigrantes cubanos, Elliot y Erick Jiménez crecieron con una fuerte herencia cultural. Entre historias, leyendas, santos y divinidades, estos hermanos han conseguido, a lo largo de los años, retranscribir a través de su obra fotográfica, la diversidad cultural y su educación cubano-americana mezclando los mundos de la espiritualidad y la historia. Apasionados de la historia del arte y la pintura histórica, este dúo creativo se inspira en elementos mitológicos, católicos y yorubas, una ideología enredada en la cultura y la experiencia espiritual de muchos cubanos.
A lo largo de los años, estos artistas han logrado desarrollar imágenes fuertes cuyas influencias derivan de una educación teológica, de lo sobrenatural y de la divinidad de los dioses. Una obra que invita al ojo a viajar por una historia desconocida de Latinoamérica con cierta vulnerabilidad romántica donde la composición cromática es omnipresente y reflexiva. De esta forma, Elliot y Erick transmiten misticismo y oscuridad a través de figuras anónimas y sin rostro en los retratos. Su trabajo sobre naturalezas muertas recuerda a ofrendas a deidades, sin olvidar los paisajes y la moda, cuyas fotografías se han publicado en revistas como Vogue, Allure y Highsnobiety.
La infusión del pasado se refleja en su nuevo proyecto: “Entre Dos Mundos”, que es la personificación de deidades y santos, una obra posible gracias a la combinación de dos ideologías inicialmente incompatibles: el catolicismo y la santería (o lucumi), revelando así puntos de convergencia y divergencia dentro de estos dos mundos espirituales distintos.
Actualmente, los gemelos, representados por la galería de arte Spinello Project, con sede en Miami, viajan por todo el mundo y celebran exposiciones periódicas. Recientemente, dejaron sus monturas y equipajes en el corazón de la capital francesa durante la última edición de Paris Photo.
Te invitamos a conocer esta obra artística que ofrece una inmersión contemporánea y modernista en una cierta época donde se mezclan mundos espirituales llenos de delicadeza, suavidad pero sobre todo de contrastes para una evasión en el tiempo y en el espacio que no te dejará indiferente…
Thomas Durin