Lo orgánico y lo arquitectónico. Dos universos que parecen oponerse, pero que se encuentran en la mirada de este orleanés. Fue durante las clases nocturnas en las Bellas Artes, a una edad muy temprana, cuando Alexandre Le Mouroux descubrió el desnudo artístico. Sólo después, armado con su cámara, el hombre que hasta entonces había estado fotografiando con su teléfono móvil, unió las curvas de su cuerpo a los rígidos perfiles de la ciudad y el hormigón. Siluetas que, a través del juego del blanco y el negro, de los matices del contraste, a través de decorados falsamente minimalistas, parecen responder unas a otras, hablar en definitiva el mismo lenguaje.
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https://www.instagram.com/alexlemouroux/
Lisa Agostini
