Marsella, naturaleza y nostalgia. Estos son los tres elementos que parecen animar la obra del estadounidense James Tralie. El joven artista se ha dado a conocer en Instagram a través de sus mundos digitales, invadidos por el agua y la vegetación. Una creatividad inspirada en su estancia en la ciudad de Marsella durante sus estudios, y catalizada por el confinamiento impuesto por el Covid-19, durante el cual se formó en el software libre de modelado 3D a través de varios tutoriales de YouTube. Pero antes de esta aventura, y de ofrecer sus servicios a Apple, Facebook, Adobe y el grupo Marriott, el joven tuvo una trayectoria profesional inusual de la que pocos pueden presumir. Mientras estudiaba geociencias en la Universidad de Princeton, encontró unas prácticas en la NASA. La prestigiosa agencia aeronáutica y espacial estadounidense le contrató un mes después de terminar sus estudios. ¿Su objetivo? Compartir los descubrimientos realizados durante las distintas misiones a la Luna y otros planetas a través de películas y documentales. Una misión que le permitió combinar su alma científica con su fibra artística. A diferencia de sus colegas, James Tralie no da vida a universos completamente irreales sin ningún vínculo con la realidad. Su enfoque sigue conectado a nuestro mundo, pero también al suyo propio, habitado por los edificios góticos de su vida estudiantil, o por sus dulces recuerdos del mar Mediterráneo, en las calas de Marsella.
Lisa Agostini