La artista multidisciplinar californiana fusiona fotografía, escultura y pintura, explorando la sensualidad femenina entre la espiritualidad y lo físico, el misticismo y el surrealismo, la arquitectura y la geometría de la forma.
Amanda Charchian magnifica la belleza femenina en su obra, capturando el cuerpo en su forma más pura y vulnerable. Esta egresada del Otis College of Art and Design, especializada en pintura y escultura, se orientó hacia la fotografía y desde hace diez años, experimenta con el mundo físico entre la esfera subconsciente y las experiencias místicas en imágenes impregnadas de misterio, surrealismo y serenidad. Ha colaborado con numerosas revistas (Vogue UK e Italia, Purple, Numero) y clientes (Gucci, Chloé, Cartier, Vivienne Westwood, Sony Music, Universal Records). También ha trabajado con la casa francesa de perfumes de lujo Ex Nihilo en la fragancia Idle Hour, en la que sus imágenes se inspiran en “la idea de que un determinado aroma nos lleva a un espacio mental olvidado por la memoria visual”.
Arte, por mujeres, para mujeres
Explorar el mundo, conectar con la gente, honrar y crear belleza: estos son los principios rectores de esta californiana, de padres de origen iraní, que siempre ha tenido en su punto de mira el empoderamiento femenino y la hermandad mística. “Las mujeres fuertes me inspiran todo el tiempo”, afirma. “Para mí, una mujer que se realiza y se crea a sí misma es la fuerza más poderosa del mundo, puede hacer cualquier cosa” y Amanda Charchian da vida a esta idea con sus imágenes llenas de belleza, inteligencia, saber hacer y talento.
La artista, representada por la galería Fahey/Klein de Los Ángeles, reparte su trabajo entre la pintura, la escultura, la fotografía e incluso el diseño. Así, creó la mesa Lehzat, hecha con fragmentos de mármol, para disfrutar de “las artes sensuales entre comer, beber, jugar y ligar tomando el té”, como ella misma señala en Instagram… es evidente que para Amanda Charchian, la fotografía, ya sea con película o digital, sigue siendo una herramienta para curvar la luz y dejar que el color se exprese.
Entre cuerpo y arquitectura
En el centro de su proceso, la artista cuestiona la relación entre el cuerpo femenino y las formas de la arquitectura y lo vemos en la exposición Pheromone Hotbox en la Stephen Kasher Gallery de Nueva York en 2015 que se convirtió en su primera monografía. En ella, presentó a 27 artistas femeninas desnudas en lugares singulares de todo el mundo, como Islandia, Francia, Costa Rica, Marruecos, Israel y Cuba. Su serie Mono, expuesta en la galería Huxley-Parlour de Photo London en 2018, combina sus conocimientos de pintura con estudios contemporáneos de desnudos en blanco y negro; examina la experiencia sensual de la arquitectura, fijando colores primarios que pinta acíclicamente. En cuanto a Plaisir et Service, se trata de imágenes captadas en la Casa Orgánica de Javier Senoisian y en la Casa Mala de Antoine Gaudí. “He estado pensando en la intimidad de la arquitectura y en cómo las líneas curvilíneas informan de las experiencias y se relacionan con el cuerpo, evolucionando a menudo a un nivel subconsciente”, explica en su Instagram. Desde hace casi quince años, Amanda Charchian inventa su pasión y su amor por el arte en un universo en constante evolución de suavidad, misterio y libertad.
Nathalie Dassa
Créditos de fotografía © Amanda Charchian
Acrílico sobre gelatina de plata de la serie Mono sobre la experiencia sensual de la arquitectura.
Impresiones cromogénicas
Perfume Idle Hour en colaboración con Ex Nihilo (fotos de la campaña).
Perfume, diseño y campaña de Amanda Charchian
Mesa Lehzat,
Portoro de plata y fragmentos de mármol Calcutta Gold,
Orquídea
Edición 1/3
Placer y servicio, (Senosiain y Gaudi)
Acrílico sobre gelatina de plata impresa, óleo sobre lienzo en marco de madera artístico.
1/3 Edición
Estados Unidos – California