[wpml_language_selector_widget]

Partager l'article

ADRABA, Y SUCEDE LA MAGIA…

Situado en uno de los barrios más auténticos de la capital, Montmartre, Adraba ofrece mucho más que un simple domicilio culinario: es un ambiente cálido y festivo donde se dan cita la pasión, la transmisión y el buen humor. La combinación perfecta para empezar el Año Nuevo.

Adraba, que en arameo significa “cruzar el tiempo”, es el fruto de una amistad entre 4 protagonistas, forjada en los fogones del restaurante Balagan y de un loco proyecto de abrir un nuevo local en París. Así, el Chef Elior Benaroche y su equipo se inspiran en un amplio abanico de influencias culinarias para ofrecernos una cocina levantina inventiva, generosa y colorista.

En cuanto al diseño interior, el local combina diferentes materiales como la madera para las mesas y los asientos, el metal, salpicado de grandes espejos para la barra y una cocina abierta con vistas a la parrilla de carbón que da al local un aire auténtico y tradicional. Una de las paredes presenta un atractivo fresco del calígrafo Eyal Eliezer, inspirado en las antiguas culturas de la región de Levante. La decoración es una mezcla perfecta de modernidad y tradición para las recetas elaboradas por el Chef y su brigada.

Tomamos asiento en el mostrador y comenzamos nuestra degustación con el pan Esh, un pastel de trigo asado al carbón servido con tahini y tatbila, una salsa de limón picante y con ajo procedente de los pueblos árabes de los alrededores de Jerusalén. El pan se tuesta ante nuestros ojos, desprendiendo un dulce olor a humo y especias que promete ser una auténtica delicia gustativa.

Tomamos asiento en el mostrador y comenzamos nuestra degustación con el pan Esh, un pastel de trigo asado al carbón servido con tahini y tatbila, una salsa de limón picante y con ajo procedente de los pueblos árabes de los alrededores de Jerusalén. El pan se tuesta ante nuestros ojos, desprendiendo un dulce olor a humo y especias que promete ser una auténtica delicia gustativa.

A continuación, la Tabula Rasa, un tabulé con cítricos, pistachos y zumaque, un condimento a base de bayas secas de color rojo ladrillo, utilizado desde la antigüedad en Oriente Próximo… Un plato refrescante, dulce y potente a la vez, con una equilibrada combinación de especias.                                     

Por último, para los postres, nos tentaron el Crack Pie, higos, doa y queso turco, muy sabroso, y la Tarte Ultime, chocolate y helado de hawayej, una mezcla de especias yemeníes, un plato muy atrevido y original, que sorprendió a nuestros paladares al principio, luego la combinación de chocolate y especias explotó en nuestras bocas con fuerza y sutileza. ¡Magnífico!

Como habrán deducido, en Adraba, la hospitalidad y la convivencia son las consignas… Platos alegres y generosos que te llevan de viaje y te introducen en nuevos sabores, combinando tradición y modernidad.

Mélissa Burckel

Adraba

40, rue Véron, Paris 18e  

adraba-paris.com

Francia – Paris