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CHITOSE KUROISHI, ALEGORÍAS DE LA NARRACIÓN DE UNO MISMO

La artista japonesa, afincada en Tokio y Nueva York, nos lleva de viaje por el arte y la fotografía experimental, a través de sus peregrinaciones reflexivas y mentales en blanco y negro, al borde de la narrativa fílmica.

Las series de Chitose Kuroishi son historias visuales inquietantes e introspectivas que indagan en cuestiones de identidad, sobre todo la suya propia, en relación consigo misma, con los demás, con las cosas, con su pareja, pero también sus sentidos y sensaciones, cuestionando la propia naturaleza del medio fotográfico. De lo múltiple a lo particular, su obra es íntima y a través de su portafolio monocromo, esta joven virtuosa de las bellas artes, que estudió fotografía en la School of Visual Arts de Nueva York, cuenta su propia historia, reflexiona y se (re)cuestiona con su obra, en primera persona que sondea su visión del mundo entre la subjetividad y la objetividad, que ella siente de forma orgánica. 

Chitose Kuroishi forma parte de una serie de intrigantes artistas en alza, que ganan premios uno tras otro y captan rápidamente la atención de revistas de arte, galerías e instituciones. Algunas de sus imágenes forman parte de las colecciones públicas del Museo Kiyosato de Arte Fotográfico (KMoPA) de Japón.

© Chitose Kuroishi

Viviendo  entre el pasado y el presente

Sus series examinan el potencial narrativo de la fotografía a la luz de las imágenes fílmicas, entre lo visible y lo invisible, la realidad y lo extraordinario. Tomemos como ejemplo My Phantom, en este proyecto, Chitose Kuroishi relata el verano que pasó con otra versión de sí misma, su fantasma, las dos solas, juntas, en el mundo. De este modo, nos adentra en su verdadera historia entre luces y sombras, tomando la forma de una sucesión evolutiva de imágenes mientras pasea por su ciudad natal por primera vez en mucho tiempo.  “Era principios de verano, una tarde húmeda, tranquila y sin viento. Mi cuerpo sudaba y el sol estaba en su cenit (…). De repente, la carretera llegó a un callejón sin salida frente a una casa pintoresca. (…) La luz del sol caía lentamente y proyectaba sombras de mi figura sobre la puerta principal. (…) Mirando hacia atrás, años después, me pregunto si esta experiencia ocurrió en otra dimensión, un lugar donde mi vida existía antes de que yo la viviera, y adonde fue después. Ella estaba sola y yo también. (…) Ese tiempo ya se fue para siempre, pero a veces parece que nunca ocurrió”.

Disolviendo las fronteras

La serie Untogether es del mismo tipo. Salvo que aquí el fantasma se convierte en un ser concreto, su pareja. Chitose Kuroishi explora su interacción física con él, al tiempo que visualiza una relación mental que ella mantiene. En el contexto relacional, “Together” implica una sensación de unidad, mientras que “Untogether” sugiere desunión. “No importa cuántos años pase con mi pareja, hay una cierta frontera entre nosotros (…) A veces experimento un momento de disolución de la frontera, y sin embargo no puedo ser parte de él. Nuestros cuerpos siguen siendo dos seres individuales. El momento de unidad nunca dura mucho. La sensación es sólo una ilusión. (…) A veces tengo la experiencia de que nuestras almas se han convertido en una. Sin embargo, es imposible que existamos como un solo objeto (…) A medida que avanzaba este proyecto, me di cuenta de que Untogether se estaba convirtiendo en una obra de arte“. Aquí, la artista utiliza ISO 3200 para ganar grano y perder detalle, lo mejor para disolver la frontera entre sus dos entidades corporales.

Nathalie Dassa

chitosekuroishi.com

Estados Unidos – Nueva York