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CAREY MULLIGAN, CON MAESTRÍA

Este invierno la veremos como Felicia Montealegre, actriz costarricense y esposa de Leonard Bernstein, en Maestro, de Bradley Cooper, disponible a partir del 20 de diciembre en Netflix, pero desde hace unos quince años, Carey Mulligan se ha labrado un lugar especial en el cine estadounidense.

A veces olvidamos que Carey Mulligan es británica. La hemos visto como residente del Greenwich Village de los años 60 en Inside Llewyn Davis (2013), de los hermanos Coen, como periodista estrella del New York Times en She Said (2022), de Maria Schrader, como joven madre de Montana en Wildlife (2018), de Paul Dano, y, por supuesto, como la irresistible socialité de Long Island Daisy Buchanan en Gatsby el magnífico (2013), de Baz Luhrmann.

Sin embargo, fue en Londres donde creció Carey Mulligan, hija de un director de hotel de Liverpool y una académica galesa y fue de la forma más británica como dio sus primeros pasos en el cine: en 2005 consiguió un pequeño papel en la adaptación de Joe Wright de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, junto a Keira Knightley y otra debutante, Talulah Riley. Las tres eran entonces veinteañeras.

Al igual que Keira Knightley -con quien se reencontró cinco años después en el rodaje de Never Let Me Go-, las primeras películas de Carey Mulligan fueron de vestuario, en My Boy Jack (2007), de Brian Kirk, con Daniel Radcliffe -una nueva adaptación de Jane Austen- y luego en Public Ennemies, de Michael Mann, el mismo año, pero fue en el papel de una adolescente londinense manipulada por un hombre mayor en An Education, de Lone Scherfig, donde el gran público descubrió todo el talento de la joven actriz. Su sutil interpretación de un personaje complejo y frágil, su primer papel importante, le valió un aluvión de premios, entre ellos el BAFTA a la mejor actriz. Pero sobre todo, gracias a una coproducción americana, la película fue celebrada al otro lado del Atlántico. Carey Mulligan recibió incluso una nominación al Oscar a la mejor actriz, apenas cinco años después de abandonar su trabajo de camarera en un pub del oeste de Londres -volvió a ser candidata al Oscar en 2020, con Promising Young Woman, de Emerald Fennell.

Hollywood le extendió la alfombra roja. Sin embargo, la actriz, que antes había trabajado en el teatro, se mantuvo alejada de los éxitos de taquilla y de su glamour. En su lugar, se decantó por el cine de autor, y se convirtió en una habitual del Festival de Cannes, desfilando por Wall Street: Money Never Sleeps, de Oliver Stone, y Drive, de Nicolas Winding Refn. Doce años después de pisar el escenario del Festival de Venecia para Shame, de Steve McQueen, volvió a la Mostra el pasado septiembre con Maestro, de Bradley Cooper. Una película en la línea de la filmografía de Carey Mulligan, exigente pero accesible, que descubrirá próximamente. Mientras tanto, puedes verla junto a Adam Sandler como esposa de un cosmonauta en la intrigante Spaceman, de Johan Renck, todavía en Netflix en 2024.

Pierre Charpilloz

Maestro de Bradley Cooper, 

El 20 de diciembre en Netflix