Barro Negro, la primera colección diseñada por Made in Situ, la editorial portuguesa dirigida por Noé Duchaufour-Lawrance, celebra un proceso artesanal que se remonta al Neolítico.
Soenga, una técnica de cocción tradicional en la que la cerámica es enterrada en la tierra; una habilidad que atrajo inmediatamente al diseñador y arquitecto francés Noé Duchaufour-Lawrance. Practicada en muchas partes del mundo, pero sobre todo en Portugal, esta técnica solía ser utilizada por pequeños grupos de alfareros, a menudo familias, que se reunían para cocer sus productos. Hoy en día, esta costumbre ha desaparecido, pero se sigue celebrando anualmente. Cada primavera se celebra la Soenga en el pueblo de Molelos. Aquí, ceramistas y alfareros reúnen sus piezas, que se cuecen previamente al fuego y se apilan cuidadosamente en un gran horno redondo, forrado con un lecho de hojas de pino y maíz. Este montón de cerámica se entierra con pino ardiendo y luego se cubre con turba, creando una cúpula con pequeñas aberturas desde las que se alimenta el fuego. Estas aberturas se cierran finalmente por completo, para crear una cámara hermética donde la arcilla, carente de oxígeno, absorbe el carbono. Una vez abierto el horno, el Barro Negro queda al descubierto.
La investigación sobre la cerámica negra en Portugal llevó a Noé y su equipo a conocer a Xana Monteiro y Carlos Lima de Barraca dos Oleiros, ambos maestros ceramistas que cultivan un profundo respeto y amor por su oficio.
El resultado de este encuentro, es una colección de cuatro conjuntos de doce jarrones presentados como metáforas, representaciones de los vínculos sentidos durante la primera experiencia de Noé en una comunidad Soenga. Cada pieza es única en su expresión y forma, y recuerda la silueta de un personaje individual uniendo sus manos y reuniéndose en círculos. Los jarrones se complementan con cuatro lámparas que encarnan el paisaje de la Serra do Caramulo y sus bloques de granito, que recordaron a Noé su infancia en Bretaña. Así, el diseñador esculpió piezas que transmiten la sensación de estas rocas macizas, en su yuxtaposición y presencia. Por último, difusores de perfume en forma de esferas engarzadas en discos de granito de las montañas nacen de sensaciones materiales y atmosféricas. “Son una oda al proceso y al lugar de la cocina, la síntesis sensorial de Barro Negro”.
Portugal – Lisboa