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LA POESÍA RADICAL DE JOAO CEPEDA

Tras haber trabajado para algunos de los más grandes arquitectos del mundo, el arquitecto portugués Joao Cepeda trabaja ahora con su propio nombre. Un singular solfeo arquitectónico, que combina radicalismo y ósmosis con la naturaleza.

“En constante búsqueda de la esencia, huye de modas y tendencias de todo tipo. Busca la serenidad; se centra en el único soporte central de la arquitectura, la materialidad y su puro diseño constructivo”. Así presenta su obra el arquitecto portugués Joao Cepeda, que aspira a lo esencial, a la sobriedad de los materiales más naturales, puros y táctiles.

Tras estudiar en Lisboa,  Joao Cepeda abandonó su tierra natal para trasladarse a Lausana, donde obtuvo un máster en Arquitectura y se incorporó al “Laboratoire de Production Architecturale“, dirigido por el arquitecto suizo Harry Gugger, antiguo socio principal del estudio de arquitectura suizo Herzog & De Meuron. También fue investigador en la Fundación Le Corbusier de París en 2012, y escribió la monografía “Nadir Afonso, Arquitecto”, publicada en 2013,  que trata sobre el famoso pintor-arquitecto portugués, que trabajó con Le Corbusier y Oscar Niemeyer, entre otros. Ese mismo año, trabajó en Japón en el estudio de arquitectura de Shinichi Ogawa hasta 2014. Es en este país donde descubrió una serie de costumbres, tradiciones locales y una cultura exquisita, fue una experiencia determinante en su vida. Es aquí donde aprendió la visión evocadora de lo banal y la belleza de la impermanencia.

Cinco años después, Cepeda puso en marcha su propio estudio. Un estudio en el que desarrolla su propia gramática estética y la prueba es la “House in  Ribeira dos Moinhos“, en Castelo Branco; una verdadera oda a la mineralidad. El proyecto se sitúa junto a un “modesto arroyo que atraviesa un paisaje accidentado y severo”. Una austeridad radical construida en torno a grandes bloques de piedra aserrada de granito local, y que alberga “un pequeño lugar de reconciliación con la Naturaleza”. Otro proyecto memorable es ” House in Estremoz “, enmarcado por una vegetación salvaje y cielos azules, golpeados por el tórrido sol. El edificio se asienta en las ruinas de un antiguo muro de piedra, con sus líneas limpias y radicales. “Un recuerdo del pasado, una impresión del paso del tiempo”, explica el arquitecto.

Por último, ” House near Serra da Estrela “, situada en medio de un vasto paisaje verde que parece no tener fin. Un paisaje en el que destaca una masa de hormigón pigmentado que descansa sobre una meseta rocosa, al abrigo de las montañas, mientras enmarca la naturaleza y sus mil y una caras cambiantes.

Lisa Agostini

joaocepeda.com

Portugal – Lisbonne