Atrapados en una ganga de arcilla, objetos cotidianos yacen en una sala abierta al espectador como si fuera el escenario de un teatro totalmente cubierto de barro: Un ciclomotor, un casco y un viejo ordenador, un carro, vajilla, muebles, un sofá, una lavadora, una maleta maltrecha, montones de cables y zapatos, botellas muertas y ropa colgada…
Petrificada, esta condensación de nuestra vida materialista evoca inevitablemente Pompeya sepultada bajo la lava del Vesubio pero también, como indica el título de la instalación, un rito de purificación a través de la tierra procedente de la tradición china. Fantástico memento mori, esta fascinante obra fue creada a partir de objetos encontrados y arcilla por el artista conceptual franco-chino Chen Zen poco antes de su muerte en 2000. Tumba premonitoria de nuestra sociedad de consumo asfixiada por sus propios excesos, de nuestro mundo sumido en la contaminación, “acelerando […] su autodestrucción” y encaminándose hacia su “destino irreversible “1, este “monocromo serio”, en palabras del propio artista, nos invita a meditar sobre nuestra condición. Como parte de una “arqueología del futuro” (“mostrar a la gente los objetos de hoy tal y como serán descubiertos en el futuro”), es ante todo el producto de un deseo de transformar y sublimar los objetos usados, llamados a vivir una nueva vida (volviendo a la tierra), llamados a purificarse para “provocar un nuevo destino”…
Nota: Última obra de una serie que utiliza el procedimiento de recubrimiento de arcilla iniciada en 1991, la Purification room ha sido recompuesta una docena de veces desde su creación en 2000, en particular en el Cent Quatre de París en 2014 y en el Hangar Pirelli de Milán en 2020.
- Citas extraídas de Entretiens de Chen Zen avec Jérôme Sans, realizadas en 1992 y publicadas en 2003 por Presses du réel / Palais de Tokyo.
Se podrá ver en la exposición « Chen Zen – Double exil »
Galleria Continua
87, rue du Temple, Paris III
Hasta el 6 de enero