A principios de año, el anuncio fue una bomba en el mundo de la moda. Phoebe Philo regresaba a la escena de la moda parisina, pocos años después de revolucionar la marca francesa Celine.
Diplomada por la Central Saint Martins de Londres, debutó en Chloé, tomando el relevo de Stella McCartney. Combinando naturalidad, comodidad, espontaneidad y estética, la joven artista desarrolló siluetas inspiradas en los años setenta. Una nostalgia que fue un éxito inmediato. A lo largo de las temporadas, los periodistas acudieron en masa a descubrir sus sensuales colecciones. Un espíritu bohemio-chic, pero sobre todo libre, que desembocó en la creación del modelo paddington, bolso emblemático de la casa.
Cuando dejó Chloé en 2006, corrieron rumores sobre el lanzamiento de una marca con su nombre, pero eso sin contar su paso por Celine a partir de 2008. Durante este periodo, Phoebe Philo desarrolló un vestuario utilitario sin perder de vista su visión: Un estilo fluido y estructurado.
Auténtica papisa de los accesorios, elevó los ugly shoes a la categoría de creaciones deseables. Fue ella quien lanzó las sandalias ortopédicas estilo Birkenstock (con forro de piel) presentadas en el desfile Primavera/Verano 2013. No piensa en la moda conceptual, y diseña colecciones según sus deseos, guiada por su propia perspectiva de la moda. Además, sus propuestas están pensadas sobre todo para la mujer de todos los días, con atención a los detalles.
Esta artista mantiene un perfil bajo en los medios de comunicación, pero le gusta dejarse guiar por sus emociones a la hora de crear prendas que toda mujer desea tener en su vestidor cuando se levanta por la mañana.
¿Su gran regreso? Todo el mundo lo espera, y ya podemos esperar siluetas fluidas, decididamente bohemias y minimalistas, en las que tendrá cabida el concepto de “quiet luxury“, un movimiento que fomenta la discreción, para una mujer fuerte, libre, estilosa y carismática.
