España – Granada
La Alhambra es la joya de la corona de esta antigua capital del reino nazarí, su nombre procede del árabe al-Ḥamrā’, que significa el rojo… y es un paraíso entre el cielo y la tierra.
Antes de pasear por sus serpenteantes arquitecturas y jardines, no hay mejor manera de apreciar la majestuosidad de esta fortaleza y sus palacios que dominan la ciudad. Desde la terraza de la iglesia de San Nicolás, el panorama es espectacular, sobre todo al atardecer… surgiendo del verde de la colina, las torres ocres de las murallas resplandecen en concierto con los edificios que destacan sobre Sierra Nevada, blanca de nieve hasta junio. Para suavizar la mordedura del sol, la Alhambra se visita mejor por la mañana o al atardecer, refrescada por el agua de los palacios nazaríes situados en su corazón.
En sus patios, brotan arroyos cristalinos, fluyen de las bocas de los doce felinos de la Fuente del León, serpentean por pequeños canales y dormitan en estanques donde la arquitectura es extremadamente refinada, tallada con cúpulas, cincelada con estuco y esculpida con frisos y panales. Fragantes mirtos bordean los estanques, y una procesión de rosas, lilas de verano y laureles de vivos colores acompaña a los visitantes hasta la residencia de recreo del Generalife, donde el jazmín, el naranjo y el granado se mezclan con otras plantas para crear un ramillete de aromas… Llénate de entusiasmo, abandona los jardines en terrazas y desciende hasta el barrio del Albayzín, el más típico de la ciudad, con sus pintorescas plazas y sus callejuelas tan estrechas que no cabría un coche por ellas… Aquí se extiende sobre una colina donde los carmenes, esas villas con jardín que datan de los siglos XVI y XVII, toman su nombre de la palabra vid, karm en árabe. En el centro de la antigua medina musulmana se han construido otros tesoros arquitectónicos, como la Capilla Real, obra maestra del gótico isabelino, y la catedral, que se convirtió en modelo para las iglesias renacentistas de España y de lugares tan lejanos como Latinoamérica. Alumno de Miguel Ángel, Pedro Machuca construyó el Palacio de Carlos V, obra maestra del clasicismo. Su patio circular, con una elegante columnata, es el escenario del Festival de Música y Danza.
Sin duda Granada tiene algo para activar todos los sentidos.
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Sophie Reyssat