La artista argentina nos invita a adentrarnos en sus mundos metafísicos y coloristas que remiten al antiguo Egipto, al surrealismo, a la cosmología y a la filosofía esotérica.
La educación de Pilar Zeta ha influido mucho en su carrera. Una fuente de la que bebe de su madre, profesora de historia del arte en Argentina, que también cree firmemente que “la verdad está por todas partes”.
Desde entonces, esta artista emergente de 37 años, nacida en Buenos Aires y afincada en Los Ángeles, ha cultivado esta visión cosmológica.
Sus creaciones multimedia incluyen instalaciones, esculturas, NFT, producciones de vídeos musicales y diseños de portadas de discos.
Su larga colaboración con Coldplay le ha valido una nominación a los Grammy 2021 por la dirección artística de Everyday Life. Dentro de estos dispositivos creativos, la artista experimenta con sus temas favoritos, como el antiguo Egipto, la metafísica, el esoterismo, el misticismo, la astrología, las figuras geométricas, los símbolos y otros mundos holográficos.
Todo esto lo combina con herramientas digitales que le permiten crear espacios liminales, al tiempo que explora el entorno construido. Así, sus instalaciones se vuelven poderosas, se experimentan, se sienten y Pilar Zeta nos invita a recorrerlas para explorar nuevas experiencias estéticas.
Su obra se define así como metáfora y espacio físico, sumergiéndonos en paisajes minimalistas, surrealistas y coloristas.
Las esculturas (huevo, esfera, pirámide…) materializan ese regreso a uno mismo, ese símbolo de creación, de renacimiento, y donde pasado y futuro se unen para conectarnos mejor.
Santuarios místicos
Doors of Perception es su obra más reciente.
En ella, la artista colabora con la galería Philia para la exposición Antípodas, que se presentó en la feria de arte contemporáneo Zona Maco y en la Semana del Arte de Ciudad de México. Aquí, la visión del poeta William Blake y la del filósofo y escritor de ciencia ficción Aldous Huxley son invitadas a su reflexión: “Si se limpiaran las puertas de la percepción, cada cosa aparecería ante el hombre tal y como es: infinita“.
La instalación se presenta así como un portal que funciona como puertas, facilitando “la entrada a otros niveles de percepción que transforman nuestra energía para conectarnos con nuestro yo superior”.
Para Future Transmutation, Zeta utiliza las matemáticas, la astronomía y las filosofías ocultas para expresar nuestra realidad transformadora. 44 baldosas flotan sobre el suelo del jardín formando un damero en el que los colores acaban cambiando y las baldosas se mueven, abriendo una nueva dimensión. A su alrededor, esculturas, como cuerpos geométricos derivados del teorema de Pitágoras (esfera, pirámide) y un reloj de sol, que nos recuerda que “la transmutación de nuestro yo futuro está ocurriendo ahora”.
En cuanto a Hall of Visions, la instalación nos invita a recorrer un pasillo para llegar al huevo escultórico, que siempre nos anima a vernos en el presente, a percibir nuestro potencial en la obra y a conectar con nuestra propia visión.
México
Nathalie Dassa