Todo comienza con el despertar de los cinco sentidos y la historia de una pasión por el chocolate. Un deseo de poder comerlo en todas partes y a todas horas, subrayado por la sensorialidad para nutrir el cuerpo y la mente. Un gesto preciso desde la recolección, la mezcla y la degustación. Un sonido poético, cuando el plato golpea bajo los dedos, guiado por la búsqueda del sabor crudo con un envase que lleva las iniciales S y N, de Sandra y Nicolas, a la cabeza de este amor nacido en el corazón de París, ¡donde se esconde un taller-boutique de chocolate único!
Bienvenido a la fábrica Plaq, un lugar excepcional donde la trazabilidad y la sostenibilidad están en el corazón del proceso artesanal que irá directo al corazón y a la boca. Los granos, raros y muy aromáticos, se seleccionan cuidadosamente en explotaciones de tamaño humano, ya que el objetivo primordial es obtener materiales de alta calidad y de origen ético. Tras la fermentación y el secado, los granos se transportan en barco antes de terminar su viaje en camión hasta París. Una vez que los granos han llegado al puerto, se seleccionan a mano para revelar un sabor auténtico, desnudo y crudo, libre de artificios y tradiciones.
A continuación, gracias a una auténtica maestría, el chocolatero/repostero jugará con las estaciones para sacar el máximo partido a la materia prima. Una vez obtenida la pasta homogénea, el chocolate se elabora y se transforma en platos, pasteles, galletas, tartas, cremas para untar y bebidas, pero atención, porque el menú es diferente según el día de la semana.
Puedes estar seguro de que una visita a la tienda no te dejará con las manos vacías, gracias a la gran variedad y a las casi infinitas opciones. ¿Quién será el primero en derretirse?… En cualquier caso, ¡no te quedarás con las manos vacías!
PLAQ, Atelier-Boutique
4, rue du Nil, Paris, 2
Thomas Durin