Cada año, las marcas son sometidas a escrutinio para comprobar si sus compromisos de sostenibilidad son reales o sólo un trillado argumento de marketing. Y este año, la marca británica Burberry encabeza la lista, gracias a los numerosos compromisos que ha asumido en los últimos años a raíz de la polémica sobre el fin de la vida útil de las existencias y los productos no vendidos.
La organización internacional especializada en los compromisos de RSE de las empresas de moda, en colaboración con Science Based Target, ha definido una clasificación basada en varios criterios. Un estudio realizado por expertos analizó 58 empresas de moda (fast-fashion, lujo y gran distribución) con una facturación superior a 100 millones de dólares. El objetivo de esta organización de defensa de los derechos sociales y el medio ambiente es dar a conocer públicamente los avances y cambios realizados en estas grandes empresas y sensibilizar así a los consumidores sobre los cambios que se están produciendo en las marcas.
De más de 150 puntos repartidos en seis criterios (trazabilidad, salarios, bienestar, prácticas empresariales, materias primas, justicia medioambiental y gobernanza), Burberry llegó a la cima gracias a su deseo de convertirse en Climate Positive para 2040 y de poder trazar al 100% sus materiales clave para 2025, pero es con su préstamo sostenible de 300 millones de dólares con el que la marca cambia su filosofía e intenta aportar soluciones para la moda del futuro, como explica Caroline Laurie, vicepresidenta de responsabilidad corporativa de la marca: “Enraizar nuestros compromisos en la ciencia siempre ha sido una prioridad en Burberry, de modo que podamos garantizar que las acciones que emprendemos tendrán el impacto necesario y provocarán un cambio duradero“.
De las 58 empresas analizadas, sólo 17 pidieron ver su puntuación para seguir mejorando, entre ellas Burberry que obtuvo un 38/150, y podríamos pensar que los resultados obtenidos son bajos, pero reflejan una concienciación emergente en la industria aunque todavía haya muchas cosas que cambiar para una moda más sostenible y ética.
Thomas Durin