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ROBANDO MIRADAS

En torno al arte “povera”

« Renverser ses yeux » : Sería una pena no responder a esta magnífica invitación del BAL y del Jeu de Paume, que se han unido para la ocasión: una inmersión en la “deslumbrante efervescencia artística italiana de los años sesenta y setenta” a través de 250 obras de unos cincuenta artistas afiliados a la “vanguardia alternativa a la propuesta pop y a la iconoclasia conceptual” que fue el arte “povera”.

La revolución operada por los artistas de la vanguardia italiana que gravitaban en torno al arte povera en los años 60 y 70 fue considerable. Tampoco es de extrañar que su legado aparezca de forma muy significativa en las nuevas prácticas fotográficas que hacen del medio un material plástico en sí mismo (liberado de cualquier función de representación).

En contraste con el arte pop, el arte “povera” (término acuñado por un crítico de arte en 1967) reclamaba una simplificación del arte, tanto en los materiales “pobres” utilizados como en su lenguaje, que se reducía a sus elementos más simples y debía estar en contacto directo con la vida, esencialmente a través del cuerpo. “El arte y la vida son cómplices” entonces, y a través de la multiplicación de acciones en la calle, videos y otras performances, operan una verdadera fusión. Como arte del cuerpo (activo, escenificado, filmado, teatralizado, etc.), el arte povera era por tanto un arte de la imagen. Sin embargo, más allá de su función documental de grabar actuaciones, también sufriría una revolución. En el corazón de esta refundación del arte, de esta renovación del lenguaje pictórico orquestada por el movimiento del arte povera, la imagen (fotografía, cine o vídeo) era una verdadera “herramienta de liberación de la visión”, como nos dijo el director del BAL en la inauguración de la exposición. 

Una revolución en la mirada se resume en el título de la exposición (Renverser ses yeux), tomado de una serie de autorretratos realizados por Guiseppe Penone en 1970: escenificando de frente o apostado en el paisaje, con lentes de contacto espejadas, nos da la imagen de un reflejo mientras se ciega… Una inquietante mise en abîme de la imagen y su pérdida, haciendo porosa la frontera entre el vidente y el ciego: ¿qué estamos mirando? ¿El paisaje o su interpretación subjetiva? ¿Qué vemos? ¿Un rostro, el otro… o nosotros mismos?

“El espejo nos empuja hacia adelante, hacia el futuro de las imágenes que vendrán, y al mismo tiempo nos empuja hacia atrás en la dirección en la que llega la imagen fotográfica, es decir, hacia el pasado”, dice Michelangelo Pistoletto, quien, con sus famosas pinturas-espejo, fue sin duda uno de los primeros en “violar el espacio del cuadro”, en “perturbar la autonomía pictórica de la obra”, haciéndola autoritaria, al hacer entrar al espectador, y por tanto a la vida, en la obra…

De hecho, Giovanni Anselmo atraviesa la obra a horcajadas sobre un talud bajo el ojo de la cámara, fijando el paisaje en un todo sobredimensionado, sacándolo de la escala real y entrando literalmente en la obra (Entrare nell’opera, 1971 1).  Tomar posesión del espacio pictórico: esto es también lo que nos propone Michelangelo Pistolleto con sus cuadros de espejos, así como con sus retratos huecos (Orejas de Jasper Johns, 1966). Participando en una forma de “deconstrucción de la fotografía”, la serie de Verificaciones de Ugo Mulas (Le Verifiche, 1968-1972) pone en escena los artificios de la imagen.

Una reflexión sobre la “autoridad de la fotografía” que es, cuando menos, actual…, y que llevará a varios artistas del movimiento, a través de juegos de desvío, de superposición, de marco dentro de un marco, de imagen dentro de una imagen…, a poner en evidencia la materialidad de la fotografía, e incluso a ponerla en primer plano para convertirla en la materia misma de la obra. Así, Claudio Parmiggiani, en su serie de obras de sombras, reduce el objeto, supuestamente “deslocalizado” (Delocazione), a su huella: autorretrato reducido a la sombra de una silueta, un lienzo que sólo muestra la huella en la pared de un cuadro desaparecido… Vemos aquí toda la poesía del gesto que juega con la frágil frontera entre lo visible y lo invisible en el origen de la fotografía y la paradoja de la imagen “[utilizando] el medio fotográfico, el arte de la presencia, para ratificar, para hacer “visible” la desaparición del objeto representado y de su autor. ”  

  1. Ver focus / obra en Acumen #28

Exposición Renverser les yeux Autour de l’arte povera 

En el BAL y en el Jeu de Paume

Hasta el 29 de enero

www.lebal.com

www.jeudepaume.com

Créditos ©

@Michelangelo Pistoletto

@Carlo Favero

@Paolo Gioli

@Gino De Dominicis

@Paolo Vandrasch

@Luca Maria Patella

Stéphanie Dulout