Un grito, toda la obra de Adel Abdessemed es un grito. Un grito contra la crueldad del mundo y la ferocidad del hombre. Un grito empujado como se apuñala el espacio, con una espada o un sable- del que ha hecho impresionantes (pero muy poco impresionistas) ramilletes de Nenúfares (presentados en la Bienal de Venecia en 2015). Un grito estridente como el gorjeo de los pollos que se sacrifican, esos pollos que escenificó, como condenados a muerte en las llamas, en una videoinstalación que provocó un escándalo (durante su exposición en el MAC de Lyon en 2018). Un grito agudo como un alambre de espino militar de doble hoja – con el que esculpió, entre otras cosas, su Cristo sin cruz y sus ejércitos de gallinas… ” Testigo activo de la historia”, según sus propias palabras, Adel Abdessemed (nacido en 1971 en Constantina, Argelia), es un artista que piensa y compone “obras que despiertan la conciencia”.
Así que vamos a despertar nuestra conciencia, en la rue du Temple, en la galería Continua de París, donde nos propone ver parpadear la “antorcha corta” de la vida, como el Macbeth de Shakespeare. Como Ulises desafiando las olas y las tentaciones encarnadas por el dulce canto de las sirenas, aparece, recto e impenetrable en la proa de un barco en llamas. Altamente alegórico, como toda la obra del artista, su último vídeo (2021), convoca la fuerza del mito al tiempo que hace vacilar el esquema narrativo: filmado en un plano fijo, la imagen se vuelve inquietante, al igual que el sonido ensordecedor de las llamas que devoran el barco, que pronto se nos presenta como el mausoleo de todas las tragedias que han ensangrentado el mar Mediterráneo…
Lejos de la autoficción también, las dos chicas de pie frente a un monumental bajorrelieve de madera quemada hecho de imágenes de guerra compactadas: como nosotros (de pie detrás de ellas), contemplan el espectáculo de la destrucción… ¿Pantalla de televisión? ¿Cortina de humo? ¿Estela funeraria? Sin embargo, Tonight No Man Will Sleep nos advierte con la efigie de nuestro alborotador portando un globo en llamas sobre su hombro… mientras arriba, una enorme trituradora de metal martillea el implacable curso del tiempo. ¿Amenaza, presagio, advertencia? No podemos decir que no estábamos al tanto…
Stéphanie Dulout
Hasta el 7 de enero
En la Galería Continua – Paris – 87, rue du Temple, III – www.galleriacontinua.com
