“El mundo digital se expande y el analógico se contrae”, dice Carmen Winant, que ha convertido la enorme colección de imágenes de archivo y su reapropiación en un nuevo medio plástico y narrativo. Siguiendo el ejemplo de la fotógrafa estadounidense, cuyas imágenes en sus últimos mosaicos murales se desprenden de la pared para ocupar el espacio en todas sus tres dimensiones, varios artistas utilizan hoy la imagen fotográfica, liberada de su papel de representación, como materia prima, como sustrato que hay que explorar, descomponer y recomponer. A estas múltiples prácticas está dedicada la nueva exposición Offscreen, cuya primera edición acaba de celebrarse en el suntuoso Hôtel Salomon de Rothschild (11, rue Berryer) de París. Vídeos, películas, instalaciones inmersivas, móviles fotográficos, esculturas de luz, obras digitales… esta feria, que acoge tanto a artistas históricos como emergentes, es un reflejo oportuno de las mutaciones y extensiones del campo fotográfico, que está sufriendo una completa metamorfosis.
París
Mustapha Azeroual / Galería Binome
Representado por la galería Binome, especializada en las nuevas formas de fotografía que superan los límites presupuestos de la imagen (planitud, bidimensionalidad, temporalidad), Mustapha Azeroual desarrolla una investigación alquímica en la frontera de la materia y la inmaterialidad, de lo visible y lo invisible, que podría confundirse con un sueño loco como la búsqueda de la piedra filosofal: Se trata de fijar la luz, que es por definición intangible, de “cosificarla” y, al hacerlo, de introducir en la materialidad de la imagen una mutabilidad, la de la luz siempre cambiante. .. Así, en su serie Monade, consiguió “capturar” destellos luminosos en capas de pigmentos fluorescentes utilizando la antigua técnica de impresión con bicromato de goma, mientras que en su serie Radiance consiguió multiplicar el “instante fotográfico”. Resultado de miles de tomas de un mismo paisaje al amanecer y al atardecer -sintetizadas digitalmente antes de componer un cuadro abstracto con franjas policromadas por superposición-, estos lienzos hipnóticos varían infinitamente, según los movimientos del espectador… Una fascinante “experiencia del tiempo” a través de los colores de la luz…
© Mustapha Azeroual Actin
París
Daisuke Yokota / Jean-Kenta Gauthier
El fotógrafo japonés Daisuke Yokota también considera su relación con el medio fotográfico como material puro y no como imagen (que representa una realidad externa). Producida por la solarización -sobreexposición de la película negativa que da lugar a una inversión de valores (oscuro / claro)- su serie Inversion muestra la etapa final de la mutación de la imagen fotográfica en pintura abstracta, de la “huella” (de la realidad) en manchas. Sombras en movimiento, juegos de brillo y opacidad, de fluctuaciones e imbricaciones, de superposiciones y reverberaciones, flujos, moteados, moirés… Componiendo dos grandes polípticos, estos “cuadros fotográficos” compuestos a partir de pinturas abstractas transformadas en negativos, invierten nuestra mirada.
París
Romeo Mivekannin / Galería Eric Dupont
Para Romeo Mivekannin, la fotografía es un objeto de falsificación. Falsificación de la imaginería colonial, pero también de los grandes clásicos de la historia del arte occidental: Transponiendo iconos de la pintura o postales coloniales a la pintura acrílica en grandes lienzos libres compuestos por un ensamblaje de láminas, coloca su rostro en ellos, a menudo animado por una mirada acorralada que nos interpela… En las fronteras de la fotografía y la pintura, del retrato y el autorretrato, la estrategia plástica utilizada por Mivekannin, a la vez pintor y modelo, máscara y rostro…, crea un doble malestar histórico y estético. Aquí está el exotismo reciclado con garbo.
Chicago
Carmen Winant / Galería Patron
En la gran vorágine de imágenes de nuestro mundo digitalizado, Carmen Winant extrae como de un pozo sin fondo y, a partir de las miles de imágenes recogidas, recompone narraciones que difuminan la frontera entre lo íntimo y lo colectivo. Colocadas una al lado de la otra y ahuecadas, recortadas en su centro como para sostener un espejo, estas fotografías distorsionadas nos hablan de la invisibilidad y de la desaparición, de la universalidad del dolor y de las pequeñas alegrías, de la intercambiabilidad de los puntos de vista y quizás también de los cuerpos y los corazones desposeídos de su interioridad…
© Carmen Wiant and PATRON
Stéphanie Dulout