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LA EXTRAVAGANCIA CREATIVA DE TOM VAN DER BORGHT

El diseñador de moda y artista multidisciplinar belga está revolucionando los códigos de la moda con su universo colorista, pintoresco, desfasado y ultrapopular, que hace del upcycling su campo de juego característico.

“Mi trabajo consiste en difuminar los límites entre la moda y el arte de la performance. No quiero que me encasillen”, explicó Tom Van Der Borght en el Festival de Hyères de 2020, donde ganó el Gran Premio del Jurado y el Premio del Público.

Al ver sus creaciones, uno no se sorprende. Su obra radical es una exploración material y conceptual de un territorio inexplorado. Este diseñador belga inconformista de 44 años, que padece un trastorno muscular neuropático hereditario, creó su marca homónima en 2013, tras una carrera de trabajo social.

Desde entonces, no ha dejado de llamar la atención. El arte, la alta costura, la instalación y la performance se entrelazan para una moda vista como una “práctica encarnada e interactiva”, entre el cuerpo del portador y el mundo que le rodea.

En el fondo, inyecta una conciencia eco-responsable: el upcycling en su máxima expresión, el lujo hecho de residuos. Un proceso estético y creativo que se compromete más allá de las fronteras, el estilo y el género.

Amantes de los materiales y los detalles

Este rey de la reparación busca constantemente formas alternativas y no estándar de belleza. Le encantan los errores y las fallas que desplazan la búsqueda, desafían el enfoque clásico.

Su serie Seven Ways of Being TVDB, un autorretrato extremo de su vida y su experiencia, es una muestra de ello, concebida con materiales improbables (cuerdas de alpinista, pieles de pescado, bridas…).

También le gusta mezclar “lana merina, acrílico transparente y lúrex” para obtener una rugosidad de punto digital. Bricolaje de alta tecnología” en una “actuación de baja tecnología”, como él dice, donde la innovación coexiste con la artesanía tradicional. También encuentra múltiples posibilidades en la restricción.

Entre sus influencias están Björk, Craig Green e Iris Van Herpen, y las imágenes étnicas del fotógrafo Charles Fréger. Sus espectáculos son una concentración personal de todos estos componentes, que se revelan como esculturas sobre cuerpos en combinaciones coloridas, desestructuradas, inesperadas y llenas de humor. Hoy, su nueva colección, Time For Love, presentada también en Hyères, es más “prêt-à-porter“.

Un enfoque tan colorido como siempre, pero en el que la prenda se convierte en una metáfora viva del vínculo entre las personas, sublimando notablemente su icónico sombrero doble.

https://tomvanderborght.com

Créditos : @Tom Van Der Borght

Nathalie Dassa