Toda nueva construcción o desarrollo empeora nuestra huella de carbono. Por ello, Mo de Movimiento ha querido ofrecer una alternativa en su diseño.
Este restaurante madrileño encontró en Lucas Muñoz al diseñador ideal para hacer de esta mesa un espacio sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Como antiguo teatro, los escombros de su demolición se reutilizaron en el diseño de los bancos, mientras que los asientos de madera, inspirados en el proyecto “Autoprogettazione” de Enzo Mari, se diseñaron a partir de estructuras de madera, también recuperadas in situ.
En cuanto a la iluminación, el diseñador, formado en la Academia de Diseño de Eindhoven, recuperó lámparas de aparcamiento y luces de neón. Estas impresionantes jarras de terracota son, de hecho, sistemas de aire acondicionado a base de agua. Se trata de un proceso de bajo consumo, al igual que los hornos, cuyo calor se recupera para calentar el agua y la zona del restaurante en invierno.
En cuanto a la fachada, está recubierta de placas de acero negras. Pintado con barniz al agua, sólo se ha cubierto el logotipo, para que se oxide con los años.
Además, Mo de Movimiento apuesta por los productos locales, con una cocina con acentos italianos y mediterráneos, que incluye focaccias, caponata siciliana, una buena selección de pizzas, sin olvidar postres decadentes como este banoffee de plátano ecológico de Canarias.
Crédito : @Machado-Muchoz
Lisa Agostini