Aislado y deshabitado durante mucho tiempo, este pequeño trozo de tierra rodeado de agua a la entrada de las espectaculares bocas de Kotor volvió a la vida el pasado verano con la apertura de un sorprendente hotel de 32 habitaciones, con un spa, tres restaurantes, cuatro bares y tres piscinas exteriores, además de la playa. En el centro del proyecto se encuentra una fortaleza del siglo XIX que sirvió de prisión durante la Segunda Guerra Mundial. Los muros, cargados de historia, han sido cuidadosamente restaurados y se ha dado prioridad a los materiales naturales: piedra bruta, latón envejecido, roble macizo, tejidos orgánicos, etc. Los interiores son minimalistas y relajantes, y en todas partes están diseñados para reflejar la forma redondeada del arco, como símbolo de apertura, y para desempeñar un papel decididamente contemporáneo.
Mamula Island es miembro de Design Hotels.
Montenegro
Céline Baussay