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 Agua de Colonia: los orígenes del perfume

El perfume tiene su origen en el antiguo Egipto, en forma de adivinaciones dirigidas a los dioses a través del humo del incienso y renació en la Edad Media bajo una luz terapéutica, marcando los inicios del Agua de Colonia.  En la Edad Media aparecieron las mezclas a base de plantas, apreciadas por sus beneficios purificadores. Un ejemplo es L’Eau de La Reine de Hongrie (1370), que combina lavanda, salvia y romero.  En el siglo XVIII, el italiano Gian Paolo Feminis fue a Colonia a vender su Aqua Mirabilis, una combinación de alcohol y cítricos, cuyas virtudes medicinales fueron reconocidas por la facultad de medicina de Colonia en 1727.  c

El Agua de Colonia era popular entre la Corte Real. Guerlain creó L’Eau de Cologne Impériale (1853) para la emperatriz Eugenia, estableciendo así su reputación como perfumista. Lejos de ser anticuada, el Agua de Colonia es un éxito atemporal. Rico en notas ligeras, seduce por su frescura y su elegante sencillez. Se basa en una estructura de cítricos, neroli, petitgrain, lavanda, tomillo y romero, que ahora las marcas retoman con modernidad. Como Guerlain, que reinterpreta el género con la Colonia del 68 en una dimensión especiada. Hermès imagina bellas variaciones con su gama de colonias: L’Eau d’Orange verte, L’Eau de Gentiane Blanche, L’Eau de Rhubarbe Écarlate, l’Eau de Narcisse bleu…

Las marcas de especialidad también cultivan este registro, como Institut Très Bien y su Cologne à la Russe, o Atelier Cologne que convierte su esencia en fórmulas más tenaces. Así, Editions de Parfums Frédéric Malle presenta una flor de azahar almizclada con una estela envolvente en La Cologne Indélébile. 

Lo único que tienes que hacer es elegir tu colonia para el verano entre una amplia selección, selectiva y con carácter.

Sophie Normand