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Cuando las series inspiran a los millennials

Si la moda se inspiró en la calle en los años 90, treinta años después debe su éxito en la calle a las plataformas de streaming y a las series. Esta estética se explota y explora tanto que a veces puede sobrepasar la trama del propio espectáculo. Euphoria, por ejemplo, una serie producida por Drake que le valió a Zendaya su primer premio Emmy, ha sido una verdadera fuente de inspiración para los millennials (pero no sólo) en cuanto a maquillaje, arte de uñas e incluso outfit. También gracias a ella ha florecido en las redes sociales la tendencia de los ojos de cristal, que consiste en reavivar los ojos con un brillo inigualable pegando pedrería aquí y allá a la manera de Doniella Davy, la maquilladora residente del programa. También puedes mejorar tus uñas siguiendo las impresionantes creaciones de Natalie Minerva, una artista de uñas que también trabaja en el programa. 

Además, en Netflix, puedes coquetear con el ambiente romántico de The Bridgerton Chronicle bajo el hashtag “cottagecore“, donde el fervor de los picnics recupera la estética de antaño. Así, la marca de moda rápida Stradivarius llegó incluso a lanzar una colección cápsula en colaboración con la serie. Y si hay una marca que debe un auténtico furor a Emily in Paris por su bolso Numéro Huit en el tono “almendra fresca”, es Polène, que se ha convertido en la marca de bolsos más popular entre las jóvenes. La pregunta sigue siendo: para que una serie funcione, ¿tiene que depender en gran medida de su dimensión estética?

 Cheynnes Tlili