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ANITA MOLINERO

Extrudia

Las esculturas de plástico extruido de Anita Molinero se basan tanto en el uso de la coacción como en la interacción del azar, y son el resultado de una doble paradoja: la puesta en práctica de fuerzas opuestas (la coacción del gesto y el dejarse llevar) por un lado, y la “transmutación” de un material ecológicamente incorrecto (el plástico) en su delicuescencia (producida por su ignición, acercándolo a su estado líquido original) por otro. 

Bloques de obra, cubos de basura quemados, bloques de brisa, tubos de escape, poliestireno, hierros para hormigón…, utiliza cualquier madera y cualquier objeto de desecho (cuidadosamente seleccionado, eso sí) para transfigurar, con un soplete, los jirones y trapos de nuestras ciudades en “obras plásticas”, y dar una segunda vida a estos infames materiales.

Si el “deterioro estético” de la horrible caseta de plástico verde neón, entronizada en los parques infantiles de las autopistas desde hace unas décadas, puede dejarle a uno dudoso (a pesar de que su alegre título revela la pesadilla que dicha caseta inflige a la vista: L’Irremplaçable Expérience de l’explosion, de Smoby), la alineación de las sillas de ruedas atigradas cubiertas de acero inoxidable de espejo quemado es conmovedora, al igual que la papelera derretida “moldeada por los estados de ánimo y los enfados de la calle”, desencajada in situ antes de ser perforada con un agujero “expresionista”, similar a un grito…

Exposición disponible hasta el  24 de julio

Museo de Arte Moderno de Paris 

https://www.mam.paris.fr

Stéphanie Dulout