Artista italiano afincado en Berlín, Agostino Iacurci es conocido sobre todo por sus frescos monumentales. Crea obras para instituciones privadas y públicas desde Taipei hasta Londres e incluso Las Vegas. Sería una pena perderse sus obras realizadas a una escala más humana, donde cuestiona la percepción del arte, como lo hace su obra “Gypsoteca”, una instalación presentada en 2018 en Milán. Para esta exposición, el objeto de investigación del artista fue la escultura grecorromana. Un capítulo de la historia de gran importancia, que se resume erróneamente en nuestras mentes como masas de mármol blanco inmaculado. Sin embargo, ahora se ha demostrado que las esculturas en cuestión eran muy coloridas. Es a este universo policromo al que Iacurci rinde homenaje, a través de un catálogo personal y contemporáneo de lo antiguo, alejado del neoclasicismo y la monocromía tradicional.

Con sus obras, el italiano nos traslada a un universo paralelo en el que el color se considera un símbolo arcaico y, al mismo tiempo, una realidad contemporánea poblada de fantasmas virtuales con los que convivir. Aquí encontramos columnas con capiteles, bustos, en forma de esculturas o pinturas. Además, en uno de sus últimos proyectos, “Hortus”, presentado en la capilla barroca del Centro Cultural Italiano de Praga, es la imagen de la Fuente de la Juventud, un tema recurrente en la historia del arte, la que el artista ha decidido explorar.

https://www.agostinoiacurci.com/

Lisa Agostini