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ERIK JOHANSSON

Fábrica de sueños

Un campo sembrado de estrellas, un reparto de lunas llenas, un enjambre de peces… Virtuoso de la distorsión y la colusión de imágenes, jugando con el ilusionismo fotográfico con la irreverente audacia de los poetas y el engañoso ingenio de los magos, Erik Johansson lleva desde 2007 soñando, imaginando, construyendo y fotografiando mundos paralelos nacidos de improbables superposiciones. 

 “Retorcer la realidad sin perder nunca la impresión de realismo”: esta es la línea neosurrealista del joven fotógrafo sueco; un surrealismo más cercano a lo fantástico que a la ciencia ficción. En la era de las imágenes generadas por ordenador, este gran prestidigitador de la imagen utiliza bricolajes y collages para crear decorados reales-falsos con perspectivas truncadas, invertidas o desmultiplicadas… Enfrentando al observador a verdaderos enigmas visuales, estos escenarios oníricos, que mezclan humor y fantasía, desastres ecológicos y ensueños cósmicos, recuerdan los trucos truculentos de Méliès en los primeros tiempos del cine.  

Juegos de escala y perspectiva, mise en abîme (paisaje dentro del paisaje), inversiones (dentro/fuera, arriba/abajo, cielo/tierra), duplicaciones, contaminaciones o inclusiones insólitas… en sus imágenes al revés Johansson juega con la alteración de las leyes físicas y la transgresión de la lógica hasta el absurdo para ampliar los límites de la realidad. 

“El surrealismo nunca ha sido para mí más que un nuevo tipo de magia. La imaginación, los sueños, toda esta intensa liberación del inconsciente, que pretende hacer aflorar al alma lo que está acostumbrada a mantener oculto, debe introducir necesariamente profundas transformaciones en la escala de las apariencias […] Todo lo concreto cambia de ropaje, de corteza […] El más allá, lo invisible aleja la realidad. El mundo ya no se sostiene”, escribió Antonin Artaud en 1927 en A la grande nuit ou le bluff surréaliste.

En los paisajes de Erik Johansson reconstruidos in situ o en el estudio (antes de ser fotografiados, editados y retocados), el mundo ya no se sostiene o pende de un hilo, los cuerpos se tambalean, la tierra se desmorona… Muchos caminos no tienen salida, pero las escaleras conducen al cielo y las puertas se abren al reino de los sueños…

Una mujer/hada arranca las estrellas con unas pinzas (gigantes), un lago se rompe como un espejo, una carretera se desgarra y se pliega como una hoja, un paisaje se desliza en el vacío, otro flota en una botella mientras una montaña se extiende en grandes cortinas de nieve en un dormitorio que se transforma en una estación de esquí… De los trampantojos a los camuflajes, de la perspectiva distorsionada a los reflejos infinitos, este fotógrafo que quiere “capturar lo imposible”…  reencajar el mundo.

Exposición Erik Johansson : Les idées viennent la nuit

Disponible hasta el 24 de abril

En el Institut suédois – 11, rue Payenne, Paris III – www.institutsuedois.fr

Stéphanie Dulout