El 30 de noviembre, el mundo se enteró de que el uso de chaquetas de cuero estaba prohibido en Corea del Norte. El motivo fue Kim Jong Un, que decretó que él era el único que podía llevar esta prenda, molesto por ver cómo su pueblo se la apropiaba también desde 2019. Aunque, sin ofender al dictador norcoreano, queremos decirle que esta famosa chaqueta tiene una historia que comienza mucho antes de su reinado.
Mítica en James Dean, sulfurosa en Brando, así es la chaqueta de cuero, desde sus inicios el signo ostentoso del perfecto rebelde. La historia cuenta que la empresa estadounidense Schott creó “Perfecto” en 1928, a raíz de una petición de Harley Davidson, que buscaba una pieza que protegiera a sus clientes en caso de mal tiempo y se convirtió así en un atributo de elección para los amantes de las motos, y el cine aprovechó su atractivo poco convencional para equipar a sus matones en pantalla. De hecho, fue con obras monumentales como “Rebel Without a Cause” o “The Wild One” que los Blouson Noirs florecieron en Francia en los años 50. Este grupo de jóvenes, llamado así por primera vez en France Soir en 1959, ensalzaba al macho, al lobo, al motociclista, forajido… todos adjetivos que se debían a la chaqueta de cuero que llevaban, pero también al estilo de música que escuchaban, como la de Elvis, Eddie Cochran, Jerry Lee Lewis, rockeros de corazón, llenos hasta el puño con tachuelas. Esta fue la época del Swinging London donde se oponen los Mods y los Rockers. Obviamente, los tipos duros están en la segunda categoría, que también inspiró a la moda y, en particular, a un visionario con una carrera legendaria: Yves Saint Laurent, quien entonces era jefe de Dior, creó en 1960 la chaqueta Chicago, perfectamente diseñada en piel de cocodrilo color negro. Era la primera vez que la chaqueta de cuero se abría paso en la alta costura y rápidamente se convirtió en una pieza que los diseñadores se complacieron en magnificar.
En los años 80, Claude Montana la convirtió en su mantra, con cortes en todos los colores, dotándola de hombreras y convirtiéndola en el símbolo de la chica trabajadora. Luego, gracias al Punk, tuvo un aspecto inconformista, pero ahora está en todos los armarios y se ha convertido en un icono en la espalda de Kate Moss y Johnny Depp. Es así que podemos constatar que son más de noventa años de historia, caminos cruzados y múltiples inspiraciones… todo esto antes de que Kim Jong Un venga y se lo apropie, convencido de que llevar una chaqueta de cuero sería como imitarle.
Cheynnes Tlili