Partager l'article

Lucia Tallová

Guijarros negros cayendo de un rostro fotográfico; un velo de papel modestamente bajado sobre un cuerpo desnudo pintado; la parte de una falda tan larga como entreabierta en una traviesa fotografía de moda vintage que se extiende fuera del marco en el vertiginoso desmoronamiento de una ladera de papel…

La montaña omnipresente, que se derrama en papel arrugado y emborronado fluye de las páginas de un viejo libro de fotografías de montañas, o que se extiende en un sublime rastro de carbón en el espacio de una galería… Las expansiones fotográficas de Lucia Tallova atrapan la mirada, tanto por su elegancia como por su audacia pastiche.

Desafiando y superando todas las normas (proporciones, marcos, soportes…), hibridando con una rara delicadeza todas las técnicas (fotografía, pintura, dibujo, modelado, collage, instalación…), la artista (nacida en 1985 en Bratislava) conjuga todo con una asombrosa ligereza poesía y virtuosismo, humor y gravedad. A partir de archivos ficticios entresacados de viejos álbumes de fotos y revistas, crea una realidad aumentada con papel arrugado, velos transparentes y lágrimas de carbón, sueños vestidos con piedras, vestidos de papel plisado, manchado y quemado y lazos negros… Entonces, ¿qué ocurre con la fotografía enterrada bajo estas excrecencias y revestimientos, a veces encerrada bajo una campana de cristal?  Simple, se transforman en una fantasía… Un sedimento que agrega todos los fantasmas del miedo y del deseo, de la memoria y del olvido…

Si, en la línea recta del surrealismo, Lucia Tallova distorsiona la realidad y reactiva toda su poesía a través del disfraz del pasado; si abre la puerta de los sueños, no cierra la de los sentidos. Sus lágrimas y lazos de piedra piden una caricia, y sus cuerpos semidescubiertos dan ganas de levantar o quitar sus gangas de papel… Sin embargo, a diferencia de las esculturas táctiles de los surrealistas (el pecho de espuma de látex de Marcel Duchamp rodeado de terciopelo con la etiqueta Prière de toucher, el hierro con púas de Man Ray, la taza peluda de Meret Oppenheim, etc.), las reapropiaciones de la artista eslovaca son más una cuestión de teatralización de la mirada.

Lucia Tallova nació en 1985 en Bratislava donde actualmente vive y trabaja. 

En Francia, ella es representada por la Galerie Paris-B – 62, rue de Turbigo, Paris III –

Stéphanie Dulout