Iluminación monocromática, aluminio y acero, la boutique Balenciaga de la calle Saint-Honoré es una auténtica joya arquitectónica.
Cuando la boutique Balenciaga de la rue Saint-Honoré reabrió sus puertas en 2017, la marca decidió renovar un loft de 300 m², que fue cuidadosamente rediseñado por los arquitectos Pierre Jorge González y Judith Haase. El coloso fue diseñado en su totalidad utilizando materias primas como el acero inoxidable, el aluminio, el hormigón, la silicona y el Skay. Sus paredes están cubiertas de hormigón y los tubos de acero inoxidable atraviesan el techo. La iluminación de la tienda proyecta una luz fría que resalta los colores de la ropa. Los probadores tienen cortinas hechas de gruesas capas de silicona translúcida. Las estanterías de las paredes y las mesas de exposición están hechas de láminas metálicas. Es una tienda minimalista, neutra, intensa y fría. Aquí sólo se destaca lo esencial: las distintas colecciones del genial diseñador Demna Gvasalia. Sin duda el estudio de arquitectura creó en esta boutique, el ambiente perfecto para que los clientes puedan sumergirse en un universo futurista en el que la noción del tiempo se pierde fácilmente.
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Flora Di Carlo