El Museo de la Moda de Hasselt (Bélgica) se interesa por esta impetuosa necesidad de desvestirse, de vestirse mientras se desnuda. Después de meses escondidos, envueltos en cómodas prendas de interior sin ninguna noción de estética, la moda quiere volver a resaltar nuestros cuerpos desnudándolos. Un perpetuo ir y venir entre “ocultar y revelar que no es nuevo”. Esto es lo que pretende demostrar esta exposición, bajo la mirada de su responsable invitada Murielle Scherre: “Con DressUndress, el museo pretende subrayar y contextualizar nuestra visión actual del cuerpo desnudo”, explica.
Porque, efectivamente, ¿qué es apropiado o inapropiado mostrar? ¿Por qué fue apropiado ayer y no hoy? ¿Quién decide? Se trata de cuestiones fascinantes, que a su vez cuestionan las identidades de género, la sexualidad, el poder de la ropa para ocultar, el empoderamiento, la inclusión, la positividad corporal y muchos otros temas, desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad. Una saga de la indumentaria que se cuenta en cuatro partes (“desvelar”, “velar”, “trampantojo” y “metamorfosis”) a través del trabajo de los más grandes y famosos del sector, como Vivienne Westwood, Olivier Theyskens, Elsa Schiaparelli, Alexander McQueen, Raf Simons o Alaïa, pero también Comme des Garçons, Ann Demeulemeester, Versace, Maison Margiela y Jean Paul Gaultier.
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DressUndress, un punto débil para la desnudez en la moda hasta el 20 de noviembre de 2022 en el Musée de la Mode de Hasselt
Lisa Agostini
